Cómo cambiar sin problemas al calzado minimalista

Si nunca has llevado calzado minimalista de forma regultar, los pies y los dos de los pies primero tienen que acostumbraese a la nueva sensación. Los zapatos minimalistas dan una sensación diferente de la de los zapatos "normales" con amortiguación y plantilla. Los músculos en los pies y los dedos de los pies deben trabajar de manera diferente, por lo que primero deben acostumbrarse a la libertad de movimiento y a sus nuevas tareas. Para que el cambio te resulte agradable y sea seguro y saludable, hemos resumido aquí algunos prácticos consejos.

¡Anda con los pies descalzos todo lo que puedas!

Empieza con pasar el máximo tiempo posible con los pies descalzos en tu tiempo libre. De esta forma, los músculos, las articulaciones y los tendones debilitados por los zapatos "normales" pueden acostumbrarse poco a poco a caminar sin apoyo. Desde ahora, anda dentro de casa con los pies descalzos o en calcetines. En verano también es posible andar con los pies descalzos en el jardín o en el parque. Perfecto para las vacaciones: andar con los pies descalzos en la arena también tiene un efecto genial. Por lo general, las superficies especialmente blandas son ideales, ya que activan el pie y hacen que trabaje, pero sin cargarlo demasiado.

¡Empieza poco a poco!

Ahora es el momento de integrar los zapatos minimalistas en tu día a día. ¡Pero no fuerces la máquina! En nuestra vida cotidiana nos encontramos sobre todo con superficies duras como el asfalto o el pavimento. Sobre estas superficies hay que tener un cuidado especial. Lo mejor es que empieces llevando tus nuevos GROUNDIES® en los días en los que no vayas a tener que recorrer grandes distancias andando. De esta manera podrás acostumbrar gradualmente tus pies a esta nueva sensación sin sobrecargarlos. Te recomendamos que, al principio, alternes tus zapatos normales y tus GROUNDIES® a menudo.  

Más fuerza y flexibilidad en el pie

Puedes ayudar activamente a tus pies a tener más fuerza y más flexibilidad Para ello hay muchos ejercicios sencillos. Lo mejor de todo: puedes practicar casi en cualquier sitio. En la cama antes de levantarte por la mañana, en el sofá, mientras te lavas los dientes, en el escritorio. E incluso mientras llevas tus zapatos (minimalistas). Esto hace que sea muy fácil integrar el entrenamiento de los pies en tu día a día.

Apretar los dedos de los pies

Aprieta los dedos de los pies y "agárrate" con toda la fuerza que puedas al suelo. Mantenlo durante unos segundos y vuelve a relajarlos. Repite este proceso varias veces. Este ejercicio funciona estando de pie, sentados y tumbados.

Extender los dedos de los pies

Intenta extender los dedos de los pies tanto que se forme un espacio entre cada uno de los dedos. También puedes emplear las manos para separar los dedos de los pies entre sí.

Levantar los dedos de los pies uno a uno

Pon los dos pies en el suelo e intenta levantar cada uno de los dedos de los pies por separado. Verás que no es tan fácil como suena.

Caminar sobre el borde interior y exterior de los pies

Ponte de pie derecho sobre ambos pies y carga tu peso sobre el borde exterior de tus pies. Mantén esta posición durante un momento. A continuación, intenta caminar sobre el borde exterior de los pies. Después, intenta ponerte de pie y caminar sobre el borde interior. Este ejercicio puede ayudarte a ejercitar el equilibrio y a cargar tus pies de manera uniforme.

Levantar los talones

Ponte de pie derecho y estable y levanta ambos talones del suelo. Intenta caminar lo más alto posible sobre los dedos de los pies y mantener esta posición. A continuación, puedes intentar este ejercicio sobre una sola pierna. Así entrenas tus tobillos y tu equilibrio.

¡Escucha a tu cuerpo!

Si realizas la transición a los zapatos minimalistas lentamente, poco a poco irás sintiendo qué velocidad es buena para tus pies y para todo tu cuerpo. Prueba tus nuevos zapatos GROUNDIES® intencionalmente sobre diferentes superficies y haz una comparación. ¿Cómo te sientes? Tener un poco de agujetas al principio es totalmente normal. Esto muestra que tus pies y tus gemelos están trabajando y se están acostumbrando a sus nuevas tareas. Si es demasiado para ti, haz una pausa. Lo importante es que te sientas bien y que escuches lo que te vaya diciendo tu cuerpo.